El 31 de marzo del 2004, Tito Nieves vivió uno de los momentos más difíciles cuando se murió su hijo Ommi, con tan solo 24 años, a causa de un severo cáncer en los huesos, y confesó que hasta el día de hoy no supera ese vacío y que vivió una etapa muy dura, en la que le reclamaba constantemente a Dios.
“Imagínate que a los 24 años el médico te diga que tienes cáncer; qué va a pensar uno. Mi hijo cuando le dio cáncer, tenía 22 y cuando le repite el cáncer tenía 24”, comentó el salsero, en una entrevista. Yo le decía: ´tienes que tener fe en Dios’ y él me decía: ‘será que habrá un Dios papá; entonces, por qué me está pasando esto’”.
Tito Nieves comentó que lo más irónico de todo era ver que un muchacho bien portado se estuviera muriendo, cuando gente como él, con una vida desordenada y un fuerte consumo de drogas, no padece ninguna enfermedad y sigue vivo.
“Son cosas de la vida que uno mismo no entiende. Yo tuve mucho coraje con Dios cuando se llevó a mi hijo. Creo que la vida no se hizo para entenderla, se hizo para vivirla. Yo he sido mujeriego y drogadicto y sigo vivo; uno no entiende esas cosas”, agregó el cantante, quien con tristeza recordó que en los primeros años de vida de su hijo, no fue un buen padre.
“En la niñez de Ommi yo era adicto y a veces hacía cita con mi hijo para buscarlo, porque me separé de su mamá, y yo nunca aparecía. Pero antes de su muerte, él me perdonó por muchas cosas y tengo la conciencia tranquila”.
Tito dijo también que a pesar de su dolor, el famoso tema “Fabricando fantasías”, que habla de alguien que ya no está, le sirvió para tranquilizar un poco su alma.
“Son 13 años de su muerte, y aún no supero perderlo. Cuando regresé de la cremación de mi hijo, llegué a Orlando, y la primera canción que me envió mi compositor para escuchar fue ‘Fabricando fantasías’. Desde la primera estrofa me di cuenta que era la canción para mi hijo. Es como si mi hijo me hubiera dicho: ‘papá, esa es la canción que quisiera que me cantes; es una canción de amor’”.